Pues eso, que gilipollas hay muchos en este mundo, pero hoy acabo conocer la existencia de uno nuevo, Javier Calvo. Este señor escribió hace pocos días en el periódico ADN un artículo en el que tratanto la llegada de cayucos a las islas, y con muy mal gusto a mi parecer, señalaba cosas como que:
Plantea soluciones como
Y finalmente se ofrece, generosamente,
Hay personas que argumentan que este artículo trata el tema de la inmigración desde la ironía, pero yo creo que cuando hay miles de personas que se juegan la vida diariamente para llegar hasta Europa y que al llegar aquí se encuentran en condiciones infrahumanas, flaco favor hace la ironía. Quizás este señor jamás ha tenido a un familiar que tuvo que emigrar desde nuestro país en los 40 años de "pakito", como Porsela nos recordó acertadamente hace unos días.
Este señor podía gastar su tiempo en informar a la sociedad española, desde su columna periodística, de la cruda realidad, con la esperanza de que cuando el pueblo europeo se conciencie de lo que está pasando presione para buscar soluciones, pero soluciones de verdad, no llenar las costas de nuestras islas de tiburones.
Por cierto, quizás en vez de ceder la soberanía de Canarias (situación en la que los canarios tendríamos algo que decir, creo yo) sea más fácil que usted se mude a Helsinki y así no tener que aguantar a los molestos cayucos que llegan a nuestras costas.
Corto y cambio,
Al final, como siempre, la solución es tan fácil que nadie la ve: hay que renunciar a la soberanía de las Canarias. Que se las queden. Problema solucionado.
Plantea soluciones como
pensamos en poblar las costas Canarias de tiburones. Eso funcionaría como factor disuasorio, pero es cuestión de tiempo que los tiburones que comieran a algún niño canario
Y finalmente se ofrece, generosamente,
para alojar un canario en casa. A condición de que planche y sepa cocinar
Hay personas que argumentan que este artículo trata el tema de la inmigración desde la ironía, pero yo creo que cuando hay miles de personas que se juegan la vida diariamente para llegar hasta Europa y que al llegar aquí se encuentran en condiciones infrahumanas, flaco favor hace la ironía. Quizás este señor jamás ha tenido a un familiar que tuvo que emigrar desde nuestro país en los 40 años de "pakito", como Porsela nos recordó acertadamente hace unos días.
Este señor podía gastar su tiempo en informar a la sociedad española, desde su columna periodística, de la cruda realidad, con la esperanza de que cuando el pueblo europeo se conciencie de lo que está pasando presione para buscar soluciones, pero soluciones de verdad, no llenar las costas de nuestras islas de tiburones.
Por cierto, quizás en vez de ceder la soberanía de Canarias (situación en la que los canarios tendríamos algo que decir, creo yo) sea más fácil que usted se mude a Helsinki y así no tener que aguantar a los molestos cayucos que llegan a nuestras costas.
Corto y cambio,
4 Apuntes:
Comparto tu opinión, ni pizca de gracia tiene el Calvo este. Desde murcia te dejo un saludo y una colleja para ese impresentable.
Ah, genial tu casa, por lo que he ojeado, aparte de opiniones compartimos gustos musicales y aficiones.
donde escribe este personaje???
supongo ke si le dejan publikar algo asi es porke tristemente la polemika y las tonterias vende
Qué fuerte... Para mi hay temas con los que no se puede bromear y este es uno de ellos.
En cuanto a lo de la soberanía:a grandes males grandes remedios!! Y si no le basta con Helsinki que se arroje a los tiburones (que es más efectivo)
Puf, a gentuza como esta, ni caso. Si vamos a preocuparnos por los que escribe el primer gilipollas, vamos apañados. Como bien dices, gilipollas hay muchos. Y periodistas gilipollas, bastantes más.
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