Micro relato 1?

12 septiembre 2010

Vivo en un estado continuo conspiranoico, miro a derecha y a izquierda y solo veo a gente mintiéndome, ocultando una triste verdad. Analizo cada palabra y cada mirada buscando una clave que me quite la venda que tapa mis ojos. Mi lado racional me dice que son solo suposiciones, pero el pasional me asegura que soy la víctima de una gran mentira.




Me gustaría quitarme la venda y descubrir la verdad porque solo hay algo peor que llevar una... saber que la llevas.


Corto y cambio,
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Memorias (lúcidas) de Adriano

08 septiembre 2010

Dudo de que toda la filosofía de este mundo consiga suprimir la esclavitud; a lo sumo le cambiarán el nombre. Soy capaz de imaginar formas de servidumbre peores que las nuestras, por más insidiosas, sea que se logre transformar a los hombres en máquinas estúpidas y satisfechas, creídas de su libertad en pleno sometimiento (…)

Se necesitan las leyes más rigurosas para reducir el número de los intermediarios que pululan en nuestras ciudades: raza obscena y ventruda, murmurando en todas las tabernas, acodada en todos los mostradores, pronta a minar cualquier política que no le proporcione ganancias inmediatas. Una distribución juiciosa de los graneros del Estado ayuda a contener la escandalosa inflación de los precios en épocas de carestía, pero yo contaba sobre todo con la organización de los productores mismos, los viñateros galos, los pescadores del Ponto Euxino cuya miserable pitanza devoran los importadores de caviar y de pescado salado prontos a sacar tajada de sus fatigas y sus peligros. Uno de mis días más hermosos fue aquel en que convencí a un grupo de marineros del Archipiélago de que se asociaran formando una corporación y que trataran directamente con los vendedores de las ciudades. Jamás me sentí más útil como príncipe.

Somos funcionarios del Estado, no Césares. Razón tenía aquella querellante a quien me negué cierto día a escuchar hasta el fin, cuando me gritó que si no tenía tiempo para escucharla, tampoco lo tenía para reinar.

Memorias de Adriano
Marguerite Yourcenar

Corto y cambio, 
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