El canon no es la solución

23 diciembre 2009

Leo hoy en “El País” un artículo de opinión de Don Ignacio Arroyo Martínez, abogado y catedrático en la UAB. En dicho artículo, el autor, propone un canon de unos 3 euros al precio de conexión a internet como un “punto de equilibrio entre retribución razonable y libertad de acceso”. Es decir, que para que no se limite la libertad en internet y los autores estén contentos, hay que instaurar otro canon más.


Y digo en el párrafo anterior “otro canon más”, porque actualmente pagamos un canon por comprar CD's vírgenes (aunque los utilices para guardar las fotos de las vacaciones), pen-drives (aunque lo utilices solo para cuestiones laborales), móviles (aunque solo lo utilices para llamar)...


En España, y no sé si en otros países también, la presunción de inocencia se suspende en el caso de las descargas de internet. Me explico, el canon es una pena, una pena que te imponen por bajarte archivos protegidos por los derechos de autor. Tú pagas siempre esa pena, te bajes o no archivos de internet, y si quieres que te devuelvan el dinero, tienes que demostrar tu inocencia. En el derecho penal (exagerando los ejemplos), nadie te mete en la cárcel por comprar un cuchillo con el que podrías matar a alguien, y, en cualquier caso, sobre ti recae la presunción de inocencia, siendo la parte acusadora la que tiene que demostrar que cometiste el hecho delictivo. En un proceso penal sería impensable que el acusado tuviera que demostrar su inocencia, sin que la parte contraria estuviera obligada a demostrar la culpabilidad, situación que vivimos día a día con el tema de las descargas. Para el Estado, todos somos culpables de bajarnos archivos.


Por otro lado, la imposición de ese canon al precio de la conexión a internet (recuerdo que simplemente es un artículo de opinión y, que yo sepa, no se va a imponer por ahora), me da pena. España tiene una de las ADSL´s más caras del mundo... y más lenta. Hasta en Portugal hay conexión de 1 TB, mientras que en España nos podemos dar con un canto en los dientes si podemos contratar los 20 Mg, y digo contratar porque una cosa es lo que pagas y otra la velocidad real a la que te va internet. Es lamentable que a día de hoy no se trabaje para ofrecernos un mejor producto a precio competitivo, y si para poner barreras al futuro.


Soluciones a las descargas ilegales... muchas, pero acordes todas ellas a los nuevos tiempos que nos han tocado vivir, y que algunos aún no aceptan. La compra de archivos por internet a precios competitivos puede ser una solución. Si te puedes bajar una película en buena calidad de audio y sonido por unos 3 euros (cantidad que el compañero letrado le da al supuesto canon), no te vas a bajar ilegalmente un archivo que casi no se oye y cuyas imágenes sólo se intuyen.


Otra solución es que los distribuidores no pongan precios prohibitivos en cines y discos. Un adolescente no se puede permitir 8 euros cada vez que vaya al cine, o 20 euros por un disco. Estoy seguro que si esos precios se adecuaran a la capacidad económica de los clientes potenciales, lo cual no supondría pérdida de ingresos para los autores y solo un poco para las grandes multinacionales, más gente consumiría “cultura legal”.


Éste es un tema apasionante que da para mucho más, espero seguir escribiendo más sobre el particular en un futuro.


Corto y cambio,

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Manifiesto en defensa de los derechos fundamentales en internet.

02 diciembre 2009

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…

  1. Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
  2. La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
  3. La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
  4. La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
  5. Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
  6. Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
  7. Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
  8. Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.
  9. Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
  10. En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Nota: Este manifiesto fue redactado conjuntamente por periodistas, bloggers e internautas, en una maratoniana sesión durante la tarde-noche de ayer. Si estás de acuerdo, difúndelo por todas las vías que puedas.

Corto y cambio,
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Micro relato 9

27 septiembre 2009

Cuando las últimas luces de la tarde se terminaron de colar por su ventana y la suave brisa veraniega llevó hasta su nariz las dulces fragancias del mar cercano, él cerró su ejemplar de "El Conde de Montecristo", se levantó de la cama y depositó el libro en su lugar de la estantería. Luego aspiró fuertemente, llenándose los pulmones con el aire lleno de salitre y observó complacido aquel cuarto. Por fin todo estaba a su gusto, por fin se sentía en casa.

Lástima que al día siguiente le dieran la libertad condicional.

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Micro relato 8

26 septiembre 2009

Miraba con ansiedad a la hamburguesa con patas que le hablaba, oía sus palabras, pero en su mente solo había una idea: devorarla.

De repente sonó la campana del horno y escuchó las mágicas palabras: "la cena está lista". Palabras que la devolvieron a la realidad, convirtiendo la hamburguesa habladora en el rostro de su novio.

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Micro relato 7

25 septiembre 2009

El escritor se sentó delante de su ordenador dispuesto a comenzar su nueva novela. El vuelo de una mosca le distrajo durante 10 minutos y entendió que una mosca era más interesante que lo que tenía que contar al mundo.

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Para Diebelz


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Ahora el partido se juega en Europa

25 abril 2009



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Micro relato 6

16 abril 2009

Se levantó y se dirigió al espejo que dominaba aquel cuarto aséptico, bien iluminado, de paredes blancas y acolchadas. Cuando vió su reflejo, apartó la mano de su pecho y se preguntó:
- ¿Será verdad que no soy Napoleón?


Corto y cambio,
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El derecho a la pereza

10 abril 2009

"Seamos perezosos en todas las cosas, excepto al amar y al beber, excepto al ser perezosos".
Lessing

Una extraña locura se ha apoderado de las clases obreras de las naciones donde domina la civilización capitalista. Esta locura trae como resultado las miserias individuales y sociales que, desde hace siglos, torturan a la triste humanidad. Esta locura es el amor al trabajo, la pasión moribunda por el trabajo, llevada hasta el agotamiento de las fuerzas vitales del individuo y de sus hijos. En vez de reaccionar contra esta aberración mental, los curas, los economistas y los moralistas han sacralizado el trabajo. Hombres ciegos y de escaso talento, quisieron ser más sabios que su dios; hombres débiles y despreciables, quisieron rehabilitar lo que su dios había maldecido. Yo, que no me declaro cristiano, economista ni moralista, planteo frente a su juicio, el de su Dios; frente a las predicaciones de su moral religiosa, económica y libre pensadora, las espantosas consecuencias del trabajo en la sociedad capitalista.

En la sociedad capitalista, el trabajo es la causa de toda degeneración intelectual, de toda deformación orgánica. Comparen, por ejemplo, el pura sangre de las caballerizas de Rothschild, atendido por una turba de lacayos bimanos, con la tosca bestia de los arrendamientos normandos, que trabaja la tierra, recoge el estiércol y cosecha. Observen al noble salvaje que los misioneros del comercio y los comerciantes de la religión no corrompieron todavía con el cristianismo, la sífilis y el dogma del trabajo, y observen luego a nuestros miserables sirvientes de máquinas.

Cuando en nuestra civilizada Europa se quiere volver a encontrar un rastro de belleza natural del hombre, debe írsela a buscar a las naciones donde los prejuicios económicos todavía no extirparon el odio al trabajo. España, que lamentablemente se está degenerando, puede todavía vanagloriarse de poseer menos fábricas que nosotros prisiones y cuarteles; el artista se regocija admirando al atrevido andaluz, moreno como las castañas, derecho y flexible como una vara de acero; y el corazón del hombre se conmueve al oír al mendigo, soberbiamente envuelto en su capa agujereada, tratar de amigo a los duques de Osuna. Para el español, en el que el animal primitivo no está aún atrofiado, el trabajo es la peor de las esclavitudes. También los griegos de la época dorada despreciaban el trabajo: sólo a los esclavos les estaba permitido trabajar: el hombre libre sólo conocía los ejercicios corporales y los juegos de la inteligencia. Era también el tiempo en que se caminaba y se respiraba en un pueblo de hombres como Aristóteles, Fidias, Aristófanes; era el tiempo en el que un puñado de valientes aplastaban en Maratón a las hordas del Asia que Alejandro iba luego a conquistar. Los filósofos de la antigüedad enseñaban el desprecio al trabajo, esa degradación del hombre libre; los poetas cantaban a la pereza, ese regalo de los dioses:

O Melibae, Deus nobis haec otia fecit

Cristo, en su sermón de la montaña, predicó la pereza: "Miren cómo crecen los lirios en los campos; ellos no trabajan ni hilan, y sin embargo, yo les digo: Salomón, en toda su gloria, no estuvo nunca tan brillantemente vestido"

Jehová, el dios barbado y huraño, dio a sus adoradores el supremo ejemplo de la pereza ideal; después de seis días de trabajo, descansó por toda la eternidad.

Por el contrario, ¿cuáles son las razas para las que el trabajo es una necesidad orgánica? Los auverneses; los escoceses, esos auverneses de las Islas Británicas; los gallegos, esos auverneses de España; los pomeranios, esos auverneses de Alemania; los chinos, esos auverneses del Asia. En nuestra sociedad, ¿cuáles son las clases que aman el trabajo por el trabajo mismo? Los campesinos propietarios y los pequeños burgueses: unos inclinados sobre sus tierras, los otros apasionados en sus tiendas, se mueven como el topo en su galería subterránea, sin enderezarse jamás para observar a gusto la naturaleza.

Y sin embargo, el proletariado, la gran clase que abarca a todos los productores de las naciones civilizadas, la clase que, al emanciparse, emancipará a la humanidad del trabajo servil y hará del animal humano un ser libre; el proletariado, traicionando sus instintos y olvidando su misión histórica, se dejó pervertir por el dogma del trabajo. Rudo y terrible fue su castigo. Todas las miserias individuales y sociales nacieron de su pasión por el trabajo.



El derecho a la pereza
P. Lafargue

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All Along the Watchtower

24 marzo 2009

Siempre me ha gustado más Leonard Cohen que Bob Dylan (aunque éste último me gusta), pero desde anoche una canción de Robert se ha convertido en una de mis preferidas:

"Tiene que haber una salida"
dijo el bufón al ladrón
"hay demasiada confusión
no encuentro respiro,
los hombres de negocio se beben mi vino,
los campesinos trabajan mi tierra,
pero ninguno de ellos
conoce el valor de esas cosas".
"No hay razón para excitarse"
dijo amablemente el ladrón
"muchos de entre nosotros
piensan que la vida es sólo una broma,
pero tú y yo ya hemos pasado por eso
y ése no es nuestro destino,
así que ahora dejémonos de falsedades,
se está haciendo tarde".
A lo largo de la atalaya
los príncipes vigilaban el paisaje
mientras todas las mujeres iban y venían
y también sirvientes, descalzos.
A lo lejos un gato montés gruñó
dos jinetes se acercaban,
el viento empezó a aullar.

So say we all,
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Micro relato 5

10 marzo 2009

El olor a orina, a suciedad y a sudor que desprendía la ciudad se ocultaba tras los litros de perfume dulzón en el que se había bañado la señora que camina delante de mi. Era más feliz cuando solo el olor de la ciudad llegaba a mi nariz.

Corto y cambio,
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Micro relato 4

23 febrero 2009

En medio de la calle dejó que la lluvia descargara toda su furia sobre él. Ese era el mejor método que conocía para camuflar las lágrimas.

Corto y cambio,
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Micro relato 3

19 febrero 2009

El viento azotó su rostro. Sin saberlo, la soledad le había demostrado su desprecio.


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Micro relato 2

08 febrero 2009

Frente a él emergió un ser deforme y grotesco. El espejo no mentía.

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Microrrelato

05 febrero 2009

Él la miró como si fuera la primera vez... no hay ni que decir que nunca la había visto anteriormente.


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Memoria de jóvenes airados

27 enero 2009

"Nosotros que somos los de entonces
los que no tenemos donde,
los que siempre hablamos solos...

Nosotros que no formamos parte
decidimos seguir al margen
viviendo en el alambre

Memoria de jóvenes airados
vive al norte del futuro
y al sur de la esperanza...

Cautivos, en reinos conquistados
donde habitan los silencios
donde ya no queda nada

memoria de jóvenes airados....

Nosotros que estamos siempre alerta
marcamos la diferencia
sin haceros reverencias

vivimos, caminamos sin aliados
amamos como soñamos
soñamos siempre armados

Memoria de jóvenes airados
vive al norte del futuro
y al sur de la esperanza...

cautivos, en reinos conquistados
donde habitan los silencios
donde ya no queda nada

Memoria de jóvenes airados...."


Loquillo
Memoria de jóvenes airados
Balmoral

Que grande el Loco.

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Discurso inaugural del presidente Barack Obama en español

20 enero 2009

Compatriotas: He venido hoy aquí, humilde por la tarea que tengo ante vosotros, agradecido por la confianza que me habéis otorgado, consciente de los sacrificios de nuestros ancestros. Agradezco al presidente Bush su labor hacia nuestro país, así como la generosidad y cooperación que ha mostrado a lo largo de la transición. Cuarenta y cuatro estadounidenses han prestado el juramento presidencial. Se han pronunciado estas palabras durante olas de prosperidad y en las tranquilas aguas de la paz. Pero, de vez en cuando, el juramento se produce en momentos de nubarrones y feroces tormentas. En esos momentos, Estados Unidos ha salido adelante no sólo por la habilidad o visión de aquellos que ocupaban altos cargos, sino porque Nosotros, el Pueblo, nos hemos mantenido fieles a los ideales de nuestros ancestros y a nuestros documentos fundacionales. Así ha sido. Así debe ser con esta generación de estadounidenses. Es bien sabido que estamos en mitad de una crisis. Nuestro país está en guerra contra una red de violencia y odio a la que es difícil llegar. Nuestra economía está muy debilitada, consecuencia de la avaricia y la irresponsabilidad de algunos, pero también la población ha fallado al tomar malas decisiones a la hora de preparar al país para una nueva era. Se han perdido hogares, destruido empleos, se han cerrado negocios. Nuestro sistema de salud es demasiado costoso, nuestras escuelan fallan demasiado y cada día hay más evidencias de que la forma en que usamos la energía fortalece a nuestros adversarios y amenaza a nuestro planeta.

Estos son los indicadores de la crisis, sujetos a los datos y estadísticas. Menos cuantificable pero no por ello menos profundo es la socavación de la confianza en el país, un temor persistente de que la caída de EE UU sea inevitable y que la próxima generación deba disminuir sus expectativas. Hoy os digo que los desafíos que afrontamos son reales, son serios y son muchos. No serán superados fácilmente o en un corto período de tiempo. Pero sabed esto, EE UU los superará.

En este día, nos reunimos porque hemos escogido la esperanza sobre el miedo, la unidad de propósitos sobre el conflicto y la discordia. En este día, venimos a proclamar el fin de las quejas y las falsas promesas, las recriminaciones y los dogmas gastados que por mucho tiempo han ahogado a nuestros políticos. Seguimos siendo una nación joven, pero según las Escrituras, ha llegado el momento de dejar a un lado la inmadurez. Ha llegado el momento de reafirmar nuestro espíritu de permanencia, de escoger nuestra mejor historia, de llevar hacia delante ese precioso regalo, esa noble idea, que ha pasado de generación a generación: la promesa divina de que todos somos iguales, todos somos libres y todos merecemos una oportunidad de buscar la felicidad absoluta. Al reafirmar la grandeza de nuestro país, entendemos que la grandeza nunca es un regalo, que debemos ganarla. Nuestro viaje nunca ha sido de atajos o de conformarnos con menos. No ha sido el camino de los pusilánimes, de aquellos que prefieren la diversión al trabajo, o buscan solo los placeres de los ricos y la fama. Ha sido el de los que toman riesgos, de los emprendedores, de los que crean cosas, algunos conocidos pero la mayoría son hombres y mujeres desconocidos en su labor que nos han llevado por el largo y duro camino hacia la prosperidad y la libertad.

Por nosotros, ellos recogieron sus pocas posesiones y atravesaron océanos en busca de una nueva vida. Por nosotros, trabajaron duro y se establecieron en el oeste, soportaron el látigo y sembraron en terrenos áridos. Por nosotros, combatieron y murieron en lugares como Concord y Gettysburgo, Normandía y Khe Sahn. Una y otra vez, esos hombres y mujeres lucharon y se sacrificaron y trabajaron hasta que sus manos estuvieron rotas para que pudiésemos tener una vida mejor. Ellos vieron a un EE UU tan grande como la suma de nuestras ambiciones individuales, mayor que todas las diferencias de nacimiento o riqueza o facción.

Éste es el viaje que continuamos hoy. Seguimos siendo la nación más poderosa y próspera de la Tierra. Nuestros trabajadores no son menos productivos que antes de que comenzara la crisis. Nuestras mentes no son menos imaginativas, nuestros bienes y servicios se necesitan igual que la semana pasada o el mes pasado o el año pasado. Nuestras capacidades siguen sin disminuir. Pero nuestro tiempo de mantenernos sin cambiar, de proteger nuestros reducidos intereses y de posponer las decisiones poco placenteras, ese tiempo ha pasado. A partir de hoy, debemos reactivarnos, sacudirnos el polvo y comenzar a trabajar para rehacer EE UU.

Allá donde miramos hay trabajo que hacer. El estado de nuestra economía exige acciones, rápidas y drásticas, y actuaremos, no sólo para crear nuevos empleos, sino para establecer una nueva base de crecimiento. Construiremos puentes y caminos, redes eléctricas y líneas digitales que impulsen nuestro comercio y nos unan. Restauraremos la ciencia y la pondremos en su justo lugar y enarbolaremos las maravillas tecnológicas para elevar la calidad de la salud y bajar sus costes. Aprovecharemos el sol y el viento y el suelo como combustible para nuestros coches y fábricas. Transformaremos nuestras escuelas y universidades para cubrir las demandas de una nueva era. Todo esto lo podemos hacer. Y todo esto es lo que haremos.

Ahora, existen quienes se preguntan por el alcance de nuestras ambiciones, quienes sugieren que nuestro sistema no puede asumir planes demasiado grandes. Sus recuerdos son escasos. Ellos han olvidado lo que este país ya ha hecho, lo que hombres y mujeres libres pueden alcanzar cuando la imaginación se une con propósitos comunes y la necesidad del coraje.

Lo que los cínicos no pueden entender es que el suelo bajo sus pies ha cambiado, que los argumentos políticos rancios que nos han consumido por tanto tiempo ya no son aplicables. La pregunta que nos hacemos hoy no es si nuestro gobierno es muy grande o muy pequeño sino si trabaja, si ayuda a las familias a encontrar empleo con un salario decente, un sistema de salud que pueden costear, una jubilación digna. Donde la respuesta es sí, intentamos seguir adelante. Donde la respuesta es no, los programas terminarán. Y aquellos de nosotros que manejamos el dinero público tendremos que rendir cuentas, gastar sabiamente, reformar malos hábitos y tomar nuestras decisiones abiertamente, porque sólo entonces podemos restaurar la confianza vital entre la gente y su gobierno.

Tampoco debemos preguntarnos si el mercado es una fuerza del bien o del mal. Su poder de generar riqueza y expandir la libertad no tiene comparación, pero la crisis nos ha recordado que sin un ojo observador el mercado puede descontrolarse y que un país no puede prosperar durante mucho tiempo cuando favorece sólo a los prósperos. El éxito de nuestra economía no sólo ha dependido del tamaño de nuestro producto interior bruto sino del alcance de nuestra prosperidad, de nuestra habilidad para extender las oportunidades a cada corazón dispuesto, no por caridad sino porque es el camino más segura para nuestro bien común.

En cuanto a nuestra defensa común, rechazamos como falsa la opción entre nuestra seguridad y nuestros ideales. Nuestros Padres Fundadores, que afrontaron peligros que apenas podemos imaginar, diseñaron un capítulo para asegurar el gobierno de la ley y de los derechos del hombre, un capítulo que ha llegado hasta nosotros a través de la sangre de generaciones. Esos ideales aún iluminan el mundo y no renunciaremos a ellos en función de nuestras conveniencias. Y para todo el resto de la gente y los gobiernos que nos están viendo hoy, desde las grandes capitales a la pequeña aldea donde nació mi padre: sabed que EE UU es amigo de todos los países y de todos los hombres, mujeres y niños que buscan un futuro de paz y dignidad, y que estamos listos para liderar una vez más.

Recordad que generaciones anteriores derrotaron el fascismo y el comunismo no sólo con misiles y carros de combate, sino con alianzas sólidas y convicciones duraderas. Entendieron que nuestro poder por sí solo no puede protegernos ni nos da la libertad de hacer lo que queramos. En cambio, sabían que nuestro poder crece si lo usamos de forma prudente. Nuestra seguridad emana de la justicia de nuestra causa, la fuerza de nuestro ejemplo, de las cualidades atenuadas de la humildad y la moderación.

Somos los protectores de este legado. Guiados por estos principios una vez más, podemos afrontar esas nuevas amenazas que demandan incluso esfuerzos mayores, una mayor cooperación y entendimiento entre los países. Comenzaremos con traspasar responsablemente Irak a sus habitantes y forjar una paz duramente ganada en Afganistán. Con viejos amigos y ex enemigos, trabajaremos incansablemente para disminuir la amenaza nuclear y el espectro del calentamiento del planeta. No nos disculparemos por nuestro modo de vida ni flaquearemos en su defensa, y para quienes siguen intentando inducir el terror y la matanza de inocentes, os decimos que nuestro espíritu es más fuerte y no puede romperse, no pueden sobrevivirnos y os derrotaremos.

Porque sabemos que la diversidad de nuestra herencia es una fortaleza, no una debilidad. Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos e hindúes y de no creyentes. Estamos modelados por todos los idiomas y culturas, atraídos de cada rincón de esta tierra, y como hemos probado el trago amargo de la guerra civil y la segregación y emergimos de ese capítulo oscuro más fuertes y más unidos, no podemos evitar el creer que los viejos odios pasarán algún día, que las líneas tribales pronto serán disueltas, de que a medida que el mundo se hace más pequeño, nuestra humanidad común se revelará y que EE UU debe jugar su papel en marcar el comienzo de una nueva era de paz.

Al mundo musulmán, buscamos una nueva forma de salir adelante, en base a nuestros intereses y respeto mutuos. A los líderes mundiales que buscan sembrar conflicto o culpar de los males de su sociedad a Occidente, sepan que su gente los juzgará por lo que puedan construir, no por lo que destruyen. A quienes se aferran al poder a través de la corrupción y el engaño y silencian a los disidentes, sepan que estáis en el lado incorrecto de la historia, pero que extenderemos una mano si estáis dispuestos a deshacer el puño.

A la gente de los países pobres, prometemos trabajar juntos para hacer que sus granjas prosperen y permitir que fluyan las aguas limpias, para alimentar los cuerpos famélicos y las mentes hambrientas. Y a aquellas naciones como la nuestra que disfrutan de relativa abundancia, decimos que no podemos afrontar más la indiferencia de los que sufren fuera de nuestras fronteras, ni podemos consumir los recursos del mundo sin tomar en cuenta sus efectos. Porque el mundo ha cambiado, y debemos cambiar con él.

Mientras analizamos el camino que se presenta ante nosotros, recordamos con humilde gratitud a aquellos estadounidenses valientes quienes, en este mismo momento, patrullan lejanos desiertos y distantes montañas. Ellos tienen algo que decirnos hoy, así como los héroes caídos que yacen en Arlington nos susurran a través del tiempo. Os honramos no solo porque sois los guardianes de nuestra libertad, sino porque encarnáis el espíritu del servicio, la disposición a encontrar significado a algo más grande que vosotros mismos. Y es en este momento, un momento que definirá una generación, cuando este espíritu debe englobarnos a todos.

Porque por mucho que el gobierno pueda y deba hacer, es finalmente en la fe y la determinación de los estadounidenses en lo que descansa este país. Es la amabilidad con que tratamos a un extraño cuando se rompe la presa, el altruismo de los trabajadores que prefieren recortar sus horas en vez de ver a un amigo perder su empleo lo que nos hace ver a través de nuestras horas oscuras. Es el coraje del bombero de lanzarse por una escalera llena de humo, pero también de la disposición de los padres de criar a un niño lo que finalmente decide nuestro destino.

Nuestros desafíos pueden ser nuevos. Los instrumentos con los que los afrontamos pueden ser nuevos. Pero esos valores sobre los que depende nuestro éxito -el trabajo duro y la honestidad, el valor y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo- esas son cosas viejas. Esas cosas son verdaderas. Ellas han sido la fuerza subyacente del progreso a lo largo de la historia. Lo que se pide entonces es un retorno de esas verdades. Lo que requerimos ahora es una nueva era de responsabilidad, un reconocimiento, de parte de cada estadounidense, de que tenemos deberes hacia nosotros mismos, a nuestro país y el mundo, deberes que no aceptamos a regañadientes sino mas bien con alegría, firmes en el conocimiento de que no hay nada más satisfactorio para el espíritu, tan definidor de nuestra personalidad, que dar todo lo que podamos ante una tarea difícil.

Este es el precio y la promesa de la ciudadanía.

Esta es la fuente de nuestra confianza, el conocimiento de que Dios nos llama para delinear un destino incierto.

Este es el sentido de nuestra libertad y credo, el porqué hombres y mujeres y niños de todas las razas y creencias pueden unirse en celebración en este magnífico Mall, y el porqué un hombre cuyo padre hace menos de 60 años pudo no haber trabajado en un restaurante local, está hoy aquí para tomar el juramento más sagrado.

Así que marquemos este día con recuerdo, de quienes somos y cuan lejos hemos llegado. En el año de nacimiento de EE UU, en los meses más fríos del año, una pequeña banda de patriotas se acurrucan cerca de fogatas languidecientes a las orillas de un río congelado. La capital fue abandonada. El enemigo avanzaba. La nieve se mezclaba con la sangre. En ese momento cuando el resultado de nuestra revolución pendía de un hilo, el padre de nuestra nación ordenó que se leyeran estas palabras:

"Informad al mundo futuro... que en las profundidades del invierno, cuando nada sino la esperanza y la virtud pueden sobrevivir... que la ciudad y el país, alarmado ante un peligro común, han salido al frente para hacerle frente".

EEUU. A las puertas de nuestros peligros comunes, en este invierno de nuestras privaciones, recordemos estas palabras eternas. Con esperanza y virtud, afrontemos una vez más las corrientes heladas, y hagamos frente a lo que traiga la tormenta. Que los hijos de nuestros hijos digan que cuando fuimos puestos a prueba, rehusamos dejar que este viaje termine, que no volvimos atrás, que no fallamos y con los ojos fijos en el horizonte y con la gracia de Dios, llevamos adelante el gran regalo de la libertad y lo entregamos de forma segura a las futuras generaciones.


Fuente: El País


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Band from TV

19 enero 2009





Algunos actores de series de TV han montado un grupo de música llamado "Band from TV". que versionan temas de blues y rock, sobre todo. El dinero recaudado por discos y actuaciones se destina a la ayuda de los más desfavorecidos.

Ayer tocaron en directo el "Tonight show de Jay Leno" el pedazo de tema que encabeza este post. He buscado en internet y la canción se titula "Will it go round in Circles?", tema de Billy Prexton.

Por cierto, han grabado un disco, pero desgraciadamente en España no está a la venta (éste disco me lo hubiera comprado) y en el emule (bendita mula mia) no se encuentra casi nada.

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