El canon no es la solución

23 diciembre 2009

Leo hoy en “El País” un artículo de opinión de Don Ignacio Arroyo Martínez, abogado y catedrático en la UAB. En dicho artículo, el autor, propone un canon de unos 3 euros al precio de conexión a internet como un “punto de equilibrio entre retribución razonable y libertad de acceso”. Es decir, que para que no se limite la libertad en internet y los autores estén contentos, hay que instaurar otro canon más.


Y digo en el párrafo anterior “otro canon más”, porque actualmente pagamos un canon por comprar CD's vírgenes (aunque los utilices para guardar las fotos de las vacaciones), pen-drives (aunque lo utilices solo para cuestiones laborales), móviles (aunque solo lo utilices para llamar)...


En España, y no sé si en otros países también, la presunción de inocencia se suspende en el caso de las descargas de internet. Me explico, el canon es una pena, una pena que te imponen por bajarte archivos protegidos por los derechos de autor. Tú pagas siempre esa pena, te bajes o no archivos de internet, y si quieres que te devuelvan el dinero, tienes que demostrar tu inocencia. En el derecho penal (exagerando los ejemplos), nadie te mete en la cárcel por comprar un cuchillo con el que podrías matar a alguien, y, en cualquier caso, sobre ti recae la presunción de inocencia, siendo la parte acusadora la que tiene que demostrar que cometiste el hecho delictivo. En un proceso penal sería impensable que el acusado tuviera que demostrar su inocencia, sin que la parte contraria estuviera obligada a demostrar la culpabilidad, situación que vivimos día a día con el tema de las descargas. Para el Estado, todos somos culpables de bajarnos archivos.


Por otro lado, la imposición de ese canon al precio de la conexión a internet (recuerdo que simplemente es un artículo de opinión y, que yo sepa, no se va a imponer por ahora), me da pena. España tiene una de las ADSL´s más caras del mundo... y más lenta. Hasta en Portugal hay conexión de 1 TB, mientras que en España nos podemos dar con un canto en los dientes si podemos contratar los 20 Mg, y digo contratar porque una cosa es lo que pagas y otra la velocidad real a la que te va internet. Es lamentable que a día de hoy no se trabaje para ofrecernos un mejor producto a precio competitivo, y si para poner barreras al futuro.


Soluciones a las descargas ilegales... muchas, pero acordes todas ellas a los nuevos tiempos que nos han tocado vivir, y que algunos aún no aceptan. La compra de archivos por internet a precios competitivos puede ser una solución. Si te puedes bajar una película en buena calidad de audio y sonido por unos 3 euros (cantidad que el compañero letrado le da al supuesto canon), no te vas a bajar ilegalmente un archivo que casi no se oye y cuyas imágenes sólo se intuyen.


Otra solución es que los distribuidores no pongan precios prohibitivos en cines y discos. Un adolescente no se puede permitir 8 euros cada vez que vaya al cine, o 20 euros por un disco. Estoy seguro que si esos precios se adecuaran a la capacidad económica de los clientes potenciales, lo cual no supondría pérdida de ingresos para los autores y solo un poco para las grandes multinacionales, más gente consumiría “cultura legal”.


Éste es un tema apasionante que da para mucho más, espero seguir escribiendo más sobre el particular en un futuro.


Corto y cambio,