Terminamos este repaso a las películas nominadas a los Oscars con la apuesta de Steven Spielberg, Munich.
Munich es una película insufriblemente larga, con un inicio arrebatador y maravilloso que se diluye en una historia que con una duración menor hubiera mejorado mucho. En esa primera hora Spielberg nos muestra un thriller político asombroso, donde la acción es trepidante, el metraje está lleno de momentos de tensión y el director da muestras del gran narrador que es (cuando quiere).
Pero tras esa genial primera parte nos llega ese mundo gris que Spielberg aborda en sus últimas películas (un mal padre, un poli drogadicto. . . ) y nos pone al mismo nivel a los palestinos y a los israelíes. Parece que no se quiere mojar y un clima de ambigüedad inunda el metraje, pausándolo hasta llegar a ser casi soporífero. Encuentra soluciones erróneas tratando de parecer imparcial ante lo que nos muestra.
Las interpretaciones se amoldan perfectamente a la historia que nos cuenta Spielberg, con un maravilloso Eric Bana, un Daniel Craig que se come cada escena donde aparece (después de verlo en acción, las ganas de ver la nueva película de James Bond han aumentado en un 1000 %) y un Ciaran Hinds que da un ejemplo de maravillosa contención.
En definitiva, al igual que con Capote, no entiendo porque esta película ocupa el lugar en el que perfectamente podrían haber estado Match Point, Jarhead o Una historia de violencia, en las nominaciones a los Oscars.
Lo +: El trío protagonista y la primera hora (donde Spielberg nos dice ?Soy el mejor director de cine que hay?)
Lo -: La ambigüedad de la película.
Corto y cambio,
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